Te alejas sin mirarme ni una sola vez. Veo tus pasos que se marcan en la hierba y es el camino que a tu lado no recorreré, como las huellas que en tu espalda ya no dejaré.
Me caigo a pedazos al ver que te alejas, me dejas cautiva y sin poder salir: prisionera eterno del la cárcel de tus besos. .
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